Plan Director

Sí, está muy bien generar y aplicar #ideascreActivas para educar, pero ¿qué impacto tienen realmente en el aula? En esta entrada se propone un recurso para evaluar la influencia educativa y el grado de asimilación en una intervención concreta: las charlas de Policía y Guardia Civil en el marco del Plan Director. Sin embargo, el recurso didáctico es aplicable en muchas otras situaciones de enseñanza-aprendizaje.

Fundamentación

En demasiadas ocasiones la comprobación del impacto queda en un protocolario: "¿Habéis comprendido esto?". No te engañes, el alumnado ya sabe la respuesta que estás esperando, y te la va a dar sin vacilar: "Sí, hemos comprendido. Está todo claro, ninguna duda".

Esto sucede porque el alumnado está controlando la imagen que quiere proyectar sobre lo aprendido. Mihály Csíkszentmihályi sostiene que si quieres obtener respuestas sinceras tienes que esforzarte un poco más, proponiendo actividades que transporten a los participantes a lo que él denomina "Estado Flow".


El Flow es un estado mental consistente en la unión entre conciencia y acción. Es decir, estarás tan metido en la actividad que solo te preocupará lo que haces dentro de ella, olvidando la imagen que debes proyectar en cada contexto.


Juego de roles: "¿Quién soy?"

El juego propone afrontar seis situaciones desde diferentes roles. Las situaciones tendrán una vinculación directa con el contenido de la charla. En la plantilla propuesta versan sobre el acoso escolar y el uso seguro de Internet.


En disposición grupal (entre 5 y 7 personas), el primer participante lanzará un dado que marcará la situación que le ha tocado. Se leerá en voz alta y, si es pertinente, se hablará sobre ella. Una vez comprendida, la persona que ha lanzado el dado escogerá una carta sin verla previamente. No la mostrará, la leerá para sí y tratará de actuar según el personaje que le ha tocado. El resto del grupo tendrá que averiguar de qué personaje se trata. Puedes presentar a los personajes previamente para facilitar el juego. Otra opción es no presentarlos. En este caso acertará la persona del grupo que más se acerque a su definición.

También puedes añadir un poco de aliciente competitivo puntuando cada acierto. Ganará la persona que preste más atención y sea más observadora.

Los personajes

El juego coloca al alumnado en la tesitura de aplicar el contenido de la charla. Con ello podrás realizar una evaluación cualitativa de su impacto atendiendo al grado de comprensión y transferencia a situaciones cotidianas. Sin embargo, también te permitirá obtener información más específica enfocada a reorientar comportamientos de riesgo o a mostrar mecanismos de ayuda. A esto contribuirá cada uno de los personajes:

  • "Tú". ¿Cómo actuarías tú en esta situación? Esta carta te permite una comprobación directa de la asimilación del contenido. Si es lo que más te interesa, puedes repetirla varias veces para que salga con más frecuencia.
  • "El maloso". Dará la opción de expresar un comportamiento antagónico al esperado, lo cual también evidencia la comprensión. Paralelamente ayuda a reconocer este comportamiento en otras personas con las que se relacionen.
  • "Agente". Permitirá comprobar si se ha comprendido el papel de la Policía y la Guardia Civil en la prevención y protección frente a las situaciones planteadas.
  • "Juez". Esta carta es quizá la más compleja, pero es necesaria si quieres incidir en las consecuencias legales que podría tener una actuación que genera alguna de las situaciones descritas.
  • "Director/a del colegio", "Profesor/a" y "Padres". Se trata de promover la empatía respecto a las personas de su entorno que se preocupan y adoptan un papel activo para prevenir y evitar situaciones de riesgo. Paralelamente, estas cartas brindarán una valiosa información sobre el contexto escolar y familiar.
  • "Buen amigo/a". En muchas ocasiones, el alumnado no es víctima, sino testigo de una situación como las propuestas, ¿qué podría hacer?
  • "La máscara". También se trata de una carta compleja. Pretende poner de manifiesto las influencias negativas dentro del grupo de pares. 
Utiliza las cartas que necesites, puedes repetir, quitar o añadir en función del contexto de referencia.

Para descargar 


Filosofía para la educación

El capítulo "Sócrates en clase" es una buena muestra de la utilidad de la filosofía en educación. Esta entrada del blog profundiza sobre la figura de Sócrates y su particular forma de incitar a la reflexión.

Resulta curioso descubrir la vinculación entre los tres grandes filósofos clásicos. Sócrates fue el primero. No escribió ningún libro. Conocemos su pensamiento a través de uno de sus discípulos, Platón, que difundió las enseñanzas del maestro en libros y en las Academias Platónicas. Entre otros, Aristóteles fue uno de los alumnos que las recibió.


En su obra La República, Platón recoge muchas alusiones al método socrático. Un buen ejemplo es la conversación entre Sócrates y Céfalo sobre qué es la justicia. Céfalo afirma que es: "Decir la verdad y pagar las deudas". A lo que Sócrates le contesta con una pregunta: "Según vuestro planteamiento, si tomáis prestada una espada de alguien, debéis devolvérsela, ¿no es cierto? Pero, ¿qué haríais si supierais que la persona que os la reclama se ha vuelto loca?". Céfalo admite que tiene que haber excepciones. Sócrates reseña que: "En esta situación, la justicia es no darle a una persona lo que le pertenece". De este modo, el propio Céfalo ha puesto en cuestión su propia idea de justicia.

Sócrates sostenía que si cuestionamos nuestras ideas, descubriremos que la mayor parte de ellas son erróneas. De ahí su cita más célebre: "Solo sé que no sé nada", que pretende destacar la dificultad de conocer algo con absoluta certeza.

El ejemplo de Plutarco

El capítulo "El método más antiguo" está dedicado al análisis del ejemplo como herramienta educativa. Comienza con una breve referencia a Plutarco, pero ¿qué tiene que ver un filosofo del siglo I en todo esto? Resulta que Plutarco no fue solo un filósofo, muchos historiadores lo han descrito como "el primer gran maestro de Europa". Dedicó su vida a la enseñanza, desarrollando su propio método: el exemplum. Se basa en el estudio de biografías de grandes personajes. Plutarco pretendía que sus alumnos se pusieran a la altura de los cánones morales que rigieron la vida de ilustres, como: Alejandro Magno, Cicerón, Bruto, Pericles o Pompeyo. En sus vidas se basa el "libro de texto" escrito y utilizado por Plutarco en sus clases: Vidas de los nobles griegos y romanos (más conocido como Vidas paralelas).


La influencia de Plutarco puede apreciarse en algunos programas educativos actuales. Un buen ejemplo el iniciado en 2010 por Philip Zimbardo bajo el nombre de Heroic Imagination Project. La idea es inculcar hábitos heróicos a los jóvenes con métodos como el análisis de hazañas o vidas de "héroes actuales" (conocidos o anónimos).

Zimbardo y la cárcel de Stanford


Philip Zimbardo es un psicólogo que ha centrado sus investigaciones sobre el comportamiento humano. Su trabajo es mundialmente conocido, especialmente su "Experimento de la cárcel de Stanford". Reunió a 24 voluntarios, personas sanas todas ellas. A 12 les asignó el rol de "guardianes", a la otra mitad el de "presos". Los metió en una cárcel recreada en los sótanos de la universidad, y les dijo que actuaran de acuerdo con los roles asignados. Zimbardo trataba de analizar el comportamiento de "buenas personas" en un "entorno malo". La duración programada para el experimento era de dos semanas, pero tuvo que suspenderse a los pocos días del inicio debido al sadismo mostrado por los "guardianes".


Este experimento ha dado lugar a mucha literatura. Incluso se ha rodado una película sobre él: El Experimento

Técnica de estudios


El capítulo "Aprender de memoria" recoge los resultados de las investigaciones más relevantes sobre la retención de información (o memorización). La curiosa historia de Simónides de Ceos, que puedes leer en el capítulo, introduce un procedimiento poco utilizado para memorizar. Sin embargo, la memorización solo es una parte del estudio. Para que éste sea eficaz debe sustentarse sobre un método (en el que se incluye la memorización, junto a otras estrategias). A ese método, en Pedagogía, le llamamos TÉCNICA DE ESTUDIO. Hay muchas diferentes, y casi todas las he probado. Finalmente me he quedado con una adaptación personal de la "Técnica PQRST", y proporciona unos excelentes resultados.

Las siglas PQRST corresponde a cinco palabras en inglés: PREVIEW, QUESTION, READ, STATE y TEST (prever, preguntar, leer, repasar y probar). La adaptación que he realizado está enfocada a enfatizar ciertas fases de la técnica y a facilitar su asimilación por parte del alumnado de Primaria. Para mis alumnos es: "La técnica del profe Enrique"... Mejor que "PQRST", ¿no?. Estas son sus fases:
  • PRE-LECTURA. Podríamos decir que echar un primer vistazo. Se trata de hacerse una idea del tema, la cantidad de información, cómo se estructura, cuáles son los puntos principales. Se trata de una lectura en vertical, que se realiza sin atender a detalles, sino a las generalidades que permitirán construir una visión de conjunto. 
  • LECTURA CON PREGUNTAS. Es una lectura comprensiva. A los alumnos les digo que consiste en leer un párrafo y hacerse unas preguntas: "¿Qué he leído?, ¿lo entiendo?, ¿puedo explicarlo ahora mismo?". Es una lectura tranquila, a fondo. No puede realizarse con una limitación de tiempo. Tampoco es posible hacerla en clase, todos a la vez... cada persona necesita su propio tiempo.
  • RE-LECTURA. Como su nombre indica, es volver a leer. En esta ocasión se utilizará un lápiz para destacar la información más relevante (ideas principales). Esta fase requiere cierto entrenamiento, ya que es difícil discriminar entre lo fundamental y lo accesorio. A mis alumnos les aconsejo que subrayen solo las frases que necesitan para poder expresar la idea con sus palabras.
  • ESQUEMATIZACIÓN. Hacer un esquema es una de las mejores formas de organizar la información. Implica sintetizar las ideas clave y conectarlas entre sí. Aunque también requiere cierto entrenamiento, la forma de hacer el esquema es personal y, por tanto, diferente en cada caso, ¿cómo saber entonces si el esquema está bien? A mis alumnos les digo que el esquema es una codificación de la información (no importa que tenga dibujos, siglas, palabras nemotécnicas), y será correcto si la persona que lo ha hecho es capaz de decodificarlo.
  • MEMORIZACIÓN. Es el momento de almacenar la información en la memoria. En esta fase tan avanzada de la técnica debe ser más fácil, puesto que se ha trabajado ya mucho sobre la información. No obstante, es esfuerzo de memorizar es ineludible en toda técnica de estudio eficaz. Puede memorizarse sobre el esquema (si está completo), con el apoyo del soporte original de la información.
  • AUTO-EVALUACIÓN. Una vez terminado el proceso hay que someterlo a prueba. La forma de hacerlo debe ser similar a la que utilizará el profesor, es decir, si estudiamos para un examen escrito habrá que coger un folio, poner el reloj y escribirlo; si son preguntas orales... Una vez realizada la evaluación hay que poner una nota, que ayude a identificar en qué hemos fallado.

El bombón de Mischel

El capítulo "Educando las emociones" habla sobre la importancia de prestar atención al control emocional. Relata una reunión con padres en la que el profesor aborda la cuestión. Para transmitir la idea les plantea una pregunta y les anima a resolverla en casa: "¿cuánto tiempo tarda tu hijo en comerse el bombón?"


Se trata de reproducir un experimento llevado a cabo por Walter Mischel en la Universidad de Columbia. Pretende analizar la capacidad del niño para controlar su impulsividad. Para ello, se coloca al menor (Mischel lo hizo con sujetos de cuatro años) sentado frente a una mesa en la que solo hay un plato con un apetecible bombón. En un momento dado, el adulto se levanta de la mesa y se ausenta de la habitación con alguna excusa banal durante cinco minutos. Antes, avisa al niño: “No puedes comerte el bombón”, pero matiza la orden con la siguiente indicación: “Si no te lo comes, te daré dos cuando vuelva”, lo que, implícitamente, abre la posibilidad de incumplir el mandato. 
El tiempo que tarde en comerse el bombón te servirá como indicador de su nivel de impulsividad


Si no le encuentras mucho sentido, quizás debas conocer cómo acaba el experimento del bombón.

Walter Mischel fue clasificando a los participantes en la investigación según si se comían o no el bombón. Cuando terminó el experimento, tenía dos grupos emocionalmente diferentes. El equipo de investigación prolongó el estudio durante años, analizando el progreso escolar de cada alumno implicado. Descubrieron que los niños que habían demostrado mayor autocontrol se convirtieron en adolescentes brillantes, con calificaciones muy por encima con respecto a los que habían tardado menos en comerse el bombón.

Interdependencia

El capítulo dedicado a la interdependencia transmite un mensaje claro: "Tú y yo, trabajando juntos, podemos lograr más de lo que puedo alcanzar solo". Resulta muy curioso observar en el aula cómo los alumnos descubren esto a partir del trabajo en equipo.

Trabajando en equipo

Cada trimestre se publica un número de la revista escolar. El alumnado de sexto se encarga de su edición. Es un proyecto que se inicia a partir de una excursión a la redacción de un conocido diario local. Aplicamos el conocimiento adquirido y tratamos de reproducir el funcionamiento real del periódico. Así, cada artículo requiere el trabajo en equipo de un grupo de alumnos. Tienen que organizarse y asumir funciones de: redacción, documentación, ilustración o corrección. Es frecuente que surjan demoras en la entrega de los trabajos. Entonces intervienen los alumnos que ejercen funciones directivas. En la asamblea hablan de lo ocurrido en cada caso: 
“Profe, hay grupos en los que todos los niños se hacer responsables del retraso (son un equipo), pero hay otros en los que se echan la culpa mutuamente, porque se han dividido el trabajo y cada uno solo es responsable de su parte (no lograron ser un equipo)”

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Y este es el resultado de un buen trabajo en equipo...



Las LED de las #ideascreActivas

En el capítulo "Profes que buscan ideas" se desgranan los entresijos de la creatividad. Partiendo de la experiencia que he tenido en mi clase, conocerás cómo desarrollarla en tus hijos/alumnos. En esta entrada te voy a mostrar el sustrato científico sobre el que se apoyan las recomendaciones del capítulo.

¿Qué es la creatividad?


Seguro que conoces el juego de mesa Scrabble. Imagina que cada aprendizaje que realizas es una letra de ese juego. El tablero, a modo de mosaico, te permitirá unir letras para formar palabras. Ese sería tu cerebro. La creatividad equivaldría a las relaciones que eres capaz de establecer entre las letras, es decir, a las palabras. Tu creatividad mejorará a medida que consigas crear un mayor número de palabras y palabras más largas.


Tablero (=cerebro), fichas (=aprendizajes) y palabras (=creatividad)

Siguiendo con el ejemplo, podemos concluir que una buena forma de potenciar la creatividad es lograr más "letras". ¿Cómo? leyendo, practicando, aplicando... aprendiendo. 

¿Cómo se produce el proceso creativo en el cerebro?


Imagina ahora un cartel luminoso de bombillas LED, que se enciende y apaga rápidamente y por trozos, que rara vez repiten su anárquica combinación. Ese es nuestro cerebro: un órgano en permanente actividad. Tradicionalmente, la creatividad se ha relacionado con la "iluminación" del hemisferio derecho. Sin embargo, a medida que avanza el conocimiento en neurociencia, hemos advertido que nuestro cartel LED tampoco obedece a esa regla. 


La creatividad implica que se "enciendan bombillas" en ambos hemisferios. Surge así la "Teoría del mosaico cerebral", que afirma que el cerebro funciona como un todo, en el que la creatividad se mueve a sus anchas, conectando cosas que ya sabemos. Es decir, el proceso creativo tiene lugar cuando se relacionan, de forma diferente, cosas que ya se sabían. Esto es un cambio con respecto a la concepción más extendida, que asocia creatividad con una "nueva" idea fruto de la inspiración personal.

 

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